Consejos para no convertirte en un jefe tóxico

Consejos para no convertirte en un jefe tóxico

Un jefe tóxico es aquel que trata mal a sus empleados, no valora sus subordinados, es indiferente, los hace sentir mal o crea, de una forma u otra, un mal ambiente de trabajo.

Quizá sea una persona que piense que está haciendo bien o que actuando así consigue mucho más, aunque la realidad puede ser otra. Los malos jefes contaminan los lugares de trabajo, algunos lo hacen de manera abierta otros a través de la manipulación.

Características de un jefe tóxico:

Grita. No trata con respeto a sus empleados. Piensa que la mejor forma de que sean productivos es gritándoles y haciéndoles ver que pueden hacerlo mejor. Tienen amplias mejoras en sus oportunidades de comunicación.

Es déspota. Impone su criterio siempre. Crea ansiedad y miedo. Actúa a la defensiva, incluso cuando le hacen buenas sugerencias de mejora.

Es incoherente. No cumple lo que promete.

Consejos para evitar ser un jefe tóxico:

Reflexiona. Reconoce el impacto que ejerces en el entorno.

Agradece. Felicita. Ayuda a los empleados a focalizar su trabajo y saber cuál es la dirección correcta.

Delega. Entrena y comparte la consecución de los proyectos.

Empatiza. Construye relaciones profesionales positivas fomentadas en la escucha activa.