La sostenibilidad financiera, social e institucional

La sostenibilidad financiera, social e institucional

Es común pensar que al hablar de sostenibilidad se refiere a esa capacidad para generar recursos económicos. Sin embargo, este concepto se adapta no solo al presente, sino también a la manera de desarrollar estrategias a futuro sin dañar el entorno ya sea empresarial o ambiental.

Pero la sostenibilidad no solo es financiera, también es institucional y social. De hecho, en ocasiones a tu negocio le va muy bien a nivel financiero, pero a nivel organizacional requiere mejoras importantes, porque no tiene  una cultura organizacional adentrada en sus colaboradores o porque, por ejemplo, no crea políticas justas para ellos.

Sobre este aspecto, cuando tu personal no tiene arraigada la identidad de la empresa, se podría cuestionar qué tan sostenible es tu negocio a nivel interno. Estudios demuestran que  muchos empleados cuando no se sienten cómodos en un trabajo, por el trato o las disposiciones laborales, tendrán resultados satisfactorios o deficientes, más no sobresalientes, de esos que dan la milla extra. Y sobresalir en términos de productividad y cumplimiento de objetivos con excelencia debe ser uno de los enfoques prioritarios de tu pyme.

También existe ese componente social que debe desarrollarse a plenitud. Si bien es cierto que consigues ingresos que te hacen pensar que eres sostenible económicamente, ser socialmente aceptado es lo que te dará arraigo en el mercado, o dicho de otra manera, te permitirá echar raíces en el mundo empresarial.

No sirve de mucho que en el presente te esté yendo tan bien, pero que incurras en prácticas ilícitas, que empieces a disminuir la calidad de tu producto, el servicio al cliente, tus compromisos de responsabilidad social o bien que te olvides de estrategias de acercamiento constante al público meta… Todo esto va cambiando la imagen que los consumidores tienen de ti. Y debes recordar que los clientes son emocionales y que un error, o el cúmulo de ellos en el tiempo, te puede tirar al precipicio de la insostenibilidad social.

Ten presente que una cosa lleva a la otra, que las acciones están interconectadas y suelen traer consecuencias. Debes cultivar la sostenibilidad institucional y social, para que los años te premien con ese equilibrio financiero del que gozas en la actualidad.