Los pecados de un nuevo jefe

Los pecados de un nuevo jefe

Ser bueno a veces no es motivo suficiente para que promuevas a uno de tus empleados a jefe de grupo, ya que en ocasiones aunque la persona cuente con los conocimientos no está preparada para asumir un cargo de mayor responsabilidad al que tenía.

La mayor preocupación del nuevo jefe suele ser convertirse en la nueva guía de los que antes eran sus compañeros de trabajo, situación que para muchos del resto es incómoda. Desde Impulsa Popular compartimos contigo algunos de los errores comúnmente más cometido por parte de los nuevos jefes.

Mantener la mentalidad de una estrella. El valor de un nuevo jefe no puede basarse en ser el mejor de su trabajo ni lucirse ante los demás, por el contrario, debe ser gestionar el éxito del resto del equipo. De acuerdo a Lindse y Pollak, autora del libro “Becoming the boss”, “este es un gran cambio en el pensamiento, y por desgracia, muchos de los nuevos gestores tratan de seguir haciendo lo mismo.”

Hacer el trabajo de otras personas. El hecho de que haya un nuevo jefe en la empresa no significa que esta persona le haga el trabajo a los demás y resuelva todo por ellos. Ser jefe es saber designar a cada quien lo que le corresponde.

No conocer gente. En los primeros días que la persona tome el cargo es conveniente que salga de su oficina y se presente ante la empresa completa, el roce cara a cara con los demás le ayudará a gestionar mejor su función y a que lo perciban como una persona accesible.

Llamar la atención con la inseguridad. No es conveniente que el nuevo jefe en la empresa le demuestre a sus compañeros inseguridad en lo que hace, porque si lo hace corre el riesgo de que no le respeten. Si consideras que es una persona muy joven para desempeñarse en la función oriéntalo para que no expreses que está poco preparado, o por el contrario, si este siente que es muy mayor aconséjalo para que no tema quedarse obsoleto.

Quemar los cimientos. Aunque el nuevo jefe llegue al puesto con muchas ideas nuevas es recomendable aconsejarle de que implemente las mismas de modo gradual, los cambios se producen al paso y por lo general los resultados son observables en el mediano o largo plazo.

No darle tiempo a la concentración. A veces la accesibilidad que el nuevo jefe le da a los demás no permite que se concentre en desarrollar su pensamiento estratégico para con la empresa y se invierte una gran cantidad de horas para resolver crisis momentáneas o aspectos coyunturales.