¿Pasaría tu idea de negocio la prueba del algodón?

¿Pasaría tu idea de negocio la prueba del algodón?

El Test del Algodón es una herramienta sencilla para emprendedores que se encuentran en la fase inicial de su proyecto, pues ayuda a detectar las áreas en las que hace falta profundizar si se quiere convertir la idea en un negocio o, directamente, te indica que esa idea no es un buen proyecto para ti.

De la idea del negocio al proyecto hay un trecho y la mayor parte de los emprendedores se quedan en el camino. La verdad es que aunque hay muchos emprendedores que nunca terminan de mejorar la idea, también existen otros que se lanzan a montar una empresa sin pensarlo y sin red.

Al contestar a las preguntas del Test del Algodón se enfrenta a los emprendedores a la realidad de que para que una idea funcione se necesita:

Tener carácter emprendedor y lo que ello conlleva

Que la idea sea interesante y llegue en el momento adecuado

Que exista un mercado para esa idea

Que tengamos un producto o servicio claro para ofrecer

Que sepamos quiénes son nuestros clientes y cómo acceder a ellos

Que podamos disponer o buscar el capital necesario y los ingresos sean suficientes

Este método  no soluciona problemas, no realiza el plan de empresa, no hace un estudio de viabilidad, ese no es su objetivo. Su intención es que reflexiones sobre tu idea, sobre si esa idea está adaptada al mercado al que te diriges, si tus productos o servicios son adecuados, si hay clientes dispuestos a pagar por esos productos o servicios, si tú tienes carácter emprendedor y la financiación adecuada para lanzarte.

Reflexionar sobre esas seis áreas es clave para analizar antes de emprender, porque:

Aunque la idea sea muy buena, si la persona que hay detrás no es la adecuada, fracasará.

Aunque la idea sea muy buena, si no se adecua al momento y al mercado, fracasará.

Aunque la idea sea muy buena, si los clientes no están dispuestos a pagar por ella, fracasará.

Aunque la idea sea muy buena, si no tienes la financiación adecuada, tal vez fracase porque aunque la idea sea muy buena, emprender tiene sus complejidades y vale la pena reflexionar antes de empezar.