Tipos de motivación y cómo usarlos a nuestro favor

Tipos de motivación y cómo usarlos a nuestro favor

La motivación es el combustible para el impulso inicial y la constancia que necesitamos tomar en dirección hacia las metas y los objetivos. Una razón que nos lleva a tomar acción.

En el ambiente laboral, la motivación pasa a ser un aspecto fundamental que conduce al alcance de altos niveles de rendimiento, tanto a nivel departamental como de la empresa en su totalidad. Si el talento humano se encuentra motivado, la organización podrá alcanzar mejoras en la productividad, haciendo más eficiente el tiempo dedicado a las tareas. Considerar la motivación como parte del diseño y planificación estratégica dentro de la organización resulta vital, permite el cumplimiento de los objetivos comerciales, hace que su fuerza de trabajo se sienta más comprometida con la visión global de la empresa, llevándoles al desarrollo de programas que aporten al crecimiento de los negocios, dándoles el sentido de pertenencia tan importante para la estabilidad de la empresa.

Aunque todos podemos sentirnos motivados, la intensidad y la forma en que se manifiesta no es igual para todos. De ahí la importancia de saber los tipos, las vertientes y cómo podemos implementarla en la planificación estratégica de la empresa de modo que apoye a la construcción de un ambiente laboral de infinitas oportunidades y recompensas sustanciales para todos.

La clasificación de las motivaciones se divide sobre todo en dos partes que encierran los tipos de motivaciones. Por ello, hablaremos de manera más extensa de estas antes de abundar en los demás tipos y de los beneficios que estos tienen para la empresa.

Motivación intrínseca. Consiste en el conjunto de razones internas por las que cada individuo se siente motivado. Aquel tipo de razones esenciales y permanentes en las personas, que forman parte de su naturaleza, de su personalidad, de su enfoque del mundo, sin depender de factores externos. Al fomentar la motivación intrínseca, se mueve a que las personas actúen porque la actividad económica les resulta desafiante, divertida y placentera; no por la presión, por el riesgo de perder el empleo o movidos por las posibles recompensas remuneradas. La motivación intrínseca lleva a la acción porque nos hace sentir bien a nivel interno. Las acciones desde la empresa que lleven a la motivación interna van relacionadas con la utilidad de las tareas del puesto, del ambiente de trabajo y el intercambio con los demás equipos, con el cumplimiento de metas desarrolladas de manera personal o en conjunto.

La motivación intrínseca se encuentra vinculada a deseos de alto poder motivacional tales como la aceptación, la curiosidad, autonomía, orden y organización, poder, competencia, desarrollo social.

Motivación extrínseca. Es aquella en la que los individuos se sienten motivados  partir de factores que se encuentran ajenos a ellos. Se trata de la realización de acciones por las recompensas o amenazas externas a la persona. Dentro del entorno laboral, algunos ejemplos de motivaciones extrínsecas pueden ser beneficios económicos, oportunidades de ascensos laborales, e incluso evitar regaños o despidos. La motivación extrínseca es una forma rápida de lograr el compromiso para con un objetivo, actividad o proyecto en particular. La forma de motivación extrínseca más popular es la remuneración económica, sin embargo, existen otras bastante positivas tales como: reconocimientos, premio empleado del mes, actividades sociales, entre otros.

Gretchen Rubin (2015) en el libro “Better tan Before: What I learned about making and breaking habits” (en español Mejor que antes: Lo que he aprendido sobre hacer y romper hábitos) explica que se dio cuenta de cómo todos diferimos dramáticamente en nuestras actitudes hacia la vida, hacia los hábitos y la forma en que los creamos, haciendo una especial distinción en cuatro tipo de personas: Defensores, Interrogadores, Obligadores y Rebeldes. Los defensores están motivados por las expectativas y sienten un compromiso interno de cumplir con los plazos. Los interrogadores están motivados por la razón y necesitan comprender completamente las expectativas y sentir que está justificado. Los obligadores complacen a las personas; Harán cosas para todos los demás, pero no para ellos mismos. Los rebeldes resisten las expectativas y trabajan para alcanzar metas basadas en sus propias pautas. Esta clasificación de las motivaciones de Rubin (2015) nos ayuda a comprender mejor el tipo de motivaciones que puede alentar a cada tipo de personas al momento de diseñar una estrategia en el entorno laboral, ya que responden a patrones distintos y conducen a resultados diferentes.

Las personas que forman parte de la empresa pueden verse motivados por una combinación entre motivaciones intrínsecas y extrínsecas, atendiendo al tipo de proyecto en que se les integra, la afinidad con los objetivos pautados, el ambiente laboral, las relaciones con los compañeros de trabajo; pero también con su estado anímico, y su estatus emocional. Ambas tienen ventajas y desventajas dependiendo del contexto y las personas involucradas; las técnicas para aplicarlas pueden ser totalmente aparte una de otras e integrarse entre ellas, generando resultados diferentes. Así también, la motivación puede desarrollarse en una primera instancia a través de pautas extrínsecas, convirtiéndose intrínseca en la medida que el personal progresa en sus tareas y encuentra emoción en la consecución de las metas o el proceso mismo de trabajo.

Como líderes de equipos o de la organización, debes identificar las características de  las personas que trabajan contigo, para poder definir las estrategias motivacionales más efectivas, bien sea intrínsecas, extrínsecas o combinaciones entre ambas.