Empresario destacado: Paola Santana

Empresario destacado: Paola Santana

Ocupación: Co-Fundadora de Matternet
Nacimiento:
15 abril 1986
Lugar de nacimiento:
República Dominicana

La historia de Paola Santana no es la de uno de esos emprendedores que estudiaron ingeniería y siempre supieron que acabarían en Silicon Valley.

Esta abogada dominicana de 30 años, especialista en administración pública, estudió en la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra de su país natal. Después, en 2010, se mudó a EE.UU. para continuar sus estudios en la Universidad George Washington con una beca Fullbright en el corazón de la política estadounidense: Washington DC. Pero luego de trabajar un tiempo en temas políticos, decidió que su capacidad de cambio era demasiado lenta.

Fue entonces cuando decidió dar un giro a su carrera e intentar cambiar el mundo a través de la tecnología.

«Sentí que la tecnología era un sistema de cambio del siglo XXI, y no la política», dijo Santana en una entrevista con CNET en Español desde las oficinas de Matternet en Menlo Park, California al explicar los motivos que la llevaron a unirse a Singularity University, un programa educativo y de incubación de empresas basado en el parque de investigación de la NASA. Allí nació Matternet, la startup que fundó Santana junto al griego Andreas Raptopoulos y de la que es actual gerente de operaciones.

Fundada en 2011, Matternet desarrolla drones autónomos destinados al transporte de pequeñas mercancías en recorridos de hasta 20 o 30 kilómetros. La idea es poder cargar objetos de poco peso (como por ejemplo medicinas o documentos) en zonas de acceso limitado.

En un momento en el que las regulaciones de Estados Unidos todavía limitan el uso de estos estos dispositivos con este objetivo, ella y su equipo llevan desde el 2011 trabajando en países alrededor del mundo. Los drones de Matternet se diseñan y fabrican en California, pero han volado en Suiza, Malawi, Haití, la República Dominicana, Bután y Papúa Nueva Guinea.

«Decidimos ir primero a los lugares donde la tecnología se necesitaba más», explicó Santana. «¿Por qué tenemos que esperar a que estas tecnologías vengan de los países desarrollados?”¿Por qué allá y no aquí? ¿Por qué no aquí primero?» En el 2011, utilizar drones para transporte «era una idea súper loca», aseguró. En el 2016, con empresas como Amazon y Google trabajando en el desarrollo de dispositivos de este tipo, ya no lo es, pero todos los intentos de compañías estadounidenses se han dado de bruces con la legislación del país.

«Nuestro objetivo es definir la categoría de drones para transporte, como el iPhone definió lo que es un smartphone — continuó –. Y cuando Estados Unidos y otros países con los que estamos trabajando para abrir ese marco regulatorio se abran, nosotros vamos a tener lo equipos más robustos y que tienen más horas de vuelo, porque hemos decidido no esperar».

Paola Santana nació y creció en la República Dominicana de madre médica y padre político. Tiene estudios superiores en su país y en Estados Unidos, experiencia internacional, habla varios idiomas y, con solo 30 años, lleva ya cinco trabajando para sacar adelante una startup en la que ahora trabajan ahora 20 personas. Aun así, asegura que su camino en Silicon Valley ha sido muy duro. Lo ha sido como mujer en un mundo dominado por hombres, como latina y extranjera en un país en el que tuvo que pasar meses sin poder cobrar hasta lograr un visado que le permitió trabajar para la propia empresa que había ayudado a crear, y también como profesional sin capacidad técnica en un área en la que «no ser un ingeniero de software o hardware es algo que te resta».

«¿Qué importa que yo sea una mujer? ¿Qué importa que no tenga capacidad técnica, qué importa nada de eso si al final las redes de drones están funcionando y están funcionando porque nosotros las hemos hecho funcionar?»

Como profesional del derecho, su trabajo es fundamental en un proyecto en el que el trabajo regulatorio y, en cierto modo, diplomático, es clave para hacer volar drones en zonas con diferentes legislaciones y en las que el trabajo con las comunidades implicadas es clave para el éxito de su producto. Su frustración es evidente cuando lamenta que la industria tiene a valorar sólo a los que crean la tecnología.

«Somos líderes de drones para transporte en el mundo porque hemos tenido un acercamiento técnico, regulatorio, humano, de percepción pública, de diseño», dice Santana, quien es el vivo ejemplo de que en el mundo de la tecnología no solo importan los dispositivos.